LOS COMBUSTIBLES FOSILES EN LA ARGENTINA
Los combustibles fósiles
Los combustibles fósiles (en particular el petróleo y el gas) son la principal fuente de energía que utiliza la Argentina para la generación de electricidad y como combustible. El país cuenta con varias cuencas con reservas.
Explotación de petróleo y gas natural
El petróleo y el gas contienen principalmente hidrocarburos, es decir, compuestos orgánicos formados por carbono e hidrógeno que se originaron a partir de restos de plantas y microorganismos enterrados por millones de años y sujetos a distintos procesos físicos y químicos.
Las cuencas sedimentarias, es decir, los lugares donde se dieron las condiciones geológicas para la formación de hidrocarburos, se distribuyen en distintas partes del país. Se denomina yacimientos o reservas comprobadas de petróleo y gas a aquellas cuencas donde se ha comprobado la existencia de hidrocarburos.
En la Argentina se identificaron 19 cuencas sedimentarias, de las cuales cinco se encuentran en explotación: Noroeste, Cuyana, Neuquina, Golfo San Jorge y Austral o Magallanes.
La explotación de los yacimientos petrolíferos para la obtención de petróleo crudo comenzó a principios del siglo XX, con el descubrimiento del primer yacimiento en Comodoro Rivadavia. A partir de ahí se han identificado las otras cuencas sedimentarias.
La explotación a gran escala del gas natural, extraído de los yacimientos gasíferos y petrolíferos, es más reciente. A partir de la década de 1960 se destacó la producción obtenida de los yacimientos Campo Durán y Madrejones, en Salta. Pero la explotación de gas tomó mayor impulso con el descubrimiento y la explotación del yacimiento gasífero Loma de la Lata, en Neuquén.
Reservas de petróleo y gas
Las reservas son aquellas cantidades de hidrocarburos que se espera recuperar a partir de acumulaciones conocidas y a una fecha determinada. La Argentina tiene un total de reservas comprobadas de 457,7 millones de metros cúbicos de petróleo y de 763,5 miles de millones de metros cúbicos de gas natural.
De las cinco cuencas en explotación, cuatro producen desde principios del siglo XX y la restante desde la década de 1940. Por eso, algunos de los yacimientos de estas cuencas han alcanzado un grado de madurez elevado en términos de producción y han comenzado su declinación.
La cuenca Neuquina es la más importante dado que concentra el 43% de las reservas de petróleo y el 50% de las de gas natural; le siguen la cuenca Golfo San Jorge, que concentra el 36% de las reservas de petróleo, y la del Noroeste, que concentra el 25% de las reservas de gas.
Circuito económico de los hidrocarburos
Las industrias del petróleo y del gas involucran una serie de etapas desde los yacimientos hasta la utilización de los productos energéticos en los domicilios. Estas etapas son la exploración y la extracción, el transporte de las materias primas, su procesamiento y la distribución y la comercialización.
Cambios en el sistema energético nacional
Fuente: H. Pistonesi, Sistema eléctrico argentino: los principales problemas regulatorios y el desempeño posterior a la reforma. CEPAL, Serie Recursos Natur...
El sistema energético argentino experimentó profundas transformaciones entre 1989 y 1993. Hasta 1989, la organización institucional de la producción de petróleo y gas estuvo a cargo de la petrolera estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) y de Gas del Estado, lo cual refleja el rol protagónico del Estado en el sector energético.
La política petrolera desde el Estado se inició en 1907 con el descubrimiento de un yacimiento petrolífero en Comodoro Rivadavia. Las reservas de hidrocarburos fueron consideradas durante décadas un recurso estratégico para la Argentina. YPF fue la encargada de desarrollar casi la totalidad de las actividades productivas y de descubrir el 90% de las reservas de hidrocarburos.
La producción de gas fue encarada en un principio por YPF hasta que en 1946 se creó la empresa Gas del Estado, que tenía a su cargo el transporte y la distribución del gas natural.
A partir de 1989 se realizaron una serie de reformas del Estado que afectaron profundamente al sistema energético nacional, a partir de las privatizaciones de las empresas estatales de petróleo y gas.
Con la privatización de YPF se otorgó un papel relevante a las empresas privadas a las que se concedieron numerosos yacimientos en explotación, otras reservas comprobadas, refinerías, ductos e instalaciones y equipos de YPF.
En la actualidad, cinco empresas concentran cerca del 80% de la producción total de petróleo y controlan la mayor parte de la extracción de gas. La empresa más importante es REPSOL, responsable de casi la mitad de la producción.
Por su parte, la distribución del gas natural, anteriormente a cargo de Gas del Estado, está en manos de un grupo de empresas privadas que tienen una licencia y se encuentran bajo el control del Ente Nacional Regulador del Gas (ENARGAS).
Consecuencias sociales de la reestructuración de YPF
La reestructuración de la empresa estatal YPF tuvo como consecuencia inmediata la implementación del sistema de retiros voluntarios del personal y la reducción de numerosos puestos de trabajo. Asimismo, la reorganización de la actividad productiva implicó la incorporación de nuevas tecnologías que ahorraban mano de obra. Esto repercutió negativamente en comunidades petroleras de nuestro país, como Catriel, Cutral Có-Plaza Huincul, Campo Durán y Comodoro Rivadavia. En estos lugares surgieron numerosos movimientos de protesta de la población ante la pérdida de fuentes de trabajo y desmejoramiento de la calidad de vida.
Disminución de las reservas de petróleo y gas
La disminución de las reservas de petróleo y de gas y la ausencia de incorporación de nuevas explotaciones constituye un problema preocupante para el país, que se convertirá en importador neto de crudo y gas en pocos años. Los yacimientos en explotación ya están maduros, es decir, sus reservas se encuentran en declinación por el aumento constante de extracción de hidrocarburos y la falta de incorporación de nuevos yacimientos. Esto responde a la escasez de proyectos nuevos. Las empresas privadas sólo invierten en aquellos lugares donde tienen la absoluta certeza de que hay petróleo o gas, y no están dispuestas a afrontar el riesgo de realizar fuertes inversiones en exploración. Se estima que las reservas comprobadas de petróleo alcanzan para siete años y las de gas, para doce.
El carbón
El carbón es un combustible fósil sólido formado a partir de materia orgánica de origen vegetal acumulada debajo de capas de sedimentos. Esta se fue transformando y perdiendo gradualmente su humedad hasta convertirse en una sustancia sólida, con alto contenido de carbono y, por tanto, de un alto valor energético.
Las zonas carboníferas se extienden a lo largo de la zona precordillerana y en partes en la zona cordillerana, fundamentalmente en las provincias de Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz. También se conocen formaciones carboníferas en Salta y Jujuy.
El yacimiento de Río Turbio
El yacimiento de carbón más importante de la Argentina es el de Río Turbio, en la provincia de Santa Cruz. Este yacimiento concentra el 99% de las reservas de carbón del país.
La explotación en Río Turbio se inició en 1941 y estuvo originalmente a cargo de YPF. En 1958 fue creada la empresa estatal Yacimientos Carboníferos Fiscales (YCF), que se hizo cargo de la explotación hasta su privatización en 1994. Hasta ese momento, la producción de la mina era destinada al abastecimiento de las centrales termoeléctricas localizadas en Buenos Aires. Con la privatización de YCF, al igual que lo sucedido con el petróleo y el gas, se produjo una gran transformación en la producción y la distribución del combustible. Actualmente, la Argentina se autoabastece de carbón para la producción de electricidad y para calefaccionar; pero importa carbón para uso industrial.