EL TURISMO EN LA ARGENTINA

Parque Nacional Iguazú

El turismo en la Argentina se inicia hacia fines del siglo XIX y se consolida en el siglo siguiente, con el aumento en la cantidad de personas que acceden al derecho laboral de gozar de vacaciones pagas, las mejoras en los medios de transporte y la multiplicación en la oferta de destinos y actividades turísticas.

En las últimas décadas del siglo XIX, cuando el turismo en la Argentina sólo era practicado por los grupos con mayor poder adquisitivo, las áreas más valorizadas turísticamente eran las playas de la costa bonaerense (en ese entonces, Mar del Plata) y las sierras cordobesas. En aquel momento, el desarrollo de la red ferroviaria en el país era central para el desplazamiento de estos turistas.

A medida que transcurre el siglo XX, nuevos sectores disfrutan de la práctica del turismo, especialmente los sectores medios. Los destinos que existían hasta ese momento crecieron en su capacidad de brindar servicios para los turistas (fundamentalmente en hotelería y gastronomía) y en la infraestructura para el traslado de los turistas (al ferrocarril se suma el trazado de rutas, a la vez que se difunde el uso del automóvil). Nuevos destinos se integran a la "industria sin chimeneas": Bariloche, Cataratas del Iguazú, algunas zonas del noroeste del país y la Ciudad de Buenos Aires.

En la segunda mitad del siglo XX, el turismo se consolida como una práctica que involucra a amplios sectores de la población, a la vez que crecen los destinos turísticos del país ya consolidados en cantidad de visitantes, infraestructura y servicios ofrecidos. Por otro lado, el desarrollo de la aviación también hace posible, no sólo el desplazamiento más rápido hacia los diferentes destinos, sino el viaje de los argentinos hacia el exterior. Si bien los viajes al exterior no son masivos, algunos destinos se consolidan como los preferidos por los turistas argentinos, especialmente la costa uruguaya (Punta del Este) y el sur de Brasil.

Origen de turistas extranjeros en la Argentina

En la década de 1990 y hasta la actualidad, el turismo en la Argentina se ha caracterizado por el surgimiento de nuevas modalidades, productos y destinos turísticos así como por los efectos en la actividad de las fluctuaciones de la moneda argentina en el mercado cambiario.

Cambios en la oferta y la demanda

A partir de la década de 1990 se impulsa con fuerza la creación de nuevos productos turísticos, especializados según las demandas de los turistas. Esta tendencia caracteriza al turismo a nivel mundial e implica la creación y la presentación de distintas opciones para distintos gustos y necesidades. Así, los agentes económicos interesados en impulsar el crecimiento del turismo ofrecen la práctica del turismo aventura (orientadas a aquellos que realizan deportes), el ecoturismo (para los comprometidos con la protección del ambiente) o el turismo cultural (para quienes se interesan por manifestaciones culturales).

Esta diferenciación de la oferta turística también implicó crear una alternativa a las formas más masivas del turismo que habían caracterizado a las décadas anteriores; así, surgen servicios (como hotelería de alta categoría), productos (como el turismo de estancias) y actividades (por ejemplo, paseos aéreos para sobrevolar algún paisaje) que apuntan a un consumidor más exigente y selecto.

El turismo hacia el exterior

Durante la década de 1990, y a partir de la paridad cambiaria del peso argentino con el dólar estadounidense, el turismo hacia el exterior del país registró un crecimiento marcado. Los destinos más frecuentes eran el Caribe, la costa brasileña, los Estados Unidos y Europa. Si bien este tipo de desplazamientos creció durante el período, se restringía a un sector muy reducido de la población: sólo un 20%.

La crisis económica que tuvo lugar en la Argentina a comienzos de la década de 2000 modificó esta situación: las posibilidades de realizar viajes al exterior para los argentinos se hicieron inaccesibles y los destinos en el extranjero fueron lentamente siendo reemplazados por destinos nacionales. Por eso, el turismo interno aumentó en la década de 2000 a la par del turismo proveniente del exterior.

El turismo internacional en la Argentina

Se calcula que a comienzos de la década de 1980 sólo el 10% de la demanda de viajes correspondía al turismo que realizaban los extranjeros. Si bien a lo largo de la década de 1990 el turismo internacional a la Argentina aumentó lentamente, la situación cambiaria no se presentaba favorable como sí lo sería en la década siguiente. Luego de la crisis económica de comienzos de los 2000, la llegada de turistas extranjeros -estimulada por la devaluación del peso argentino- aumentó hasta superar los 3 millones de turistas en 2004. Este fenómeno estuvo acompañado de una política nacional de atracción de turistas extranjeros, que ya se había iniciado en las décadas anteriores y que apuntaba a la generación de ingresos en moneda extranjera. Gran parte de los turistas extranjeros que visitan la Argentina provienen de países limítrofes; sin embargo, en los últimos años ha aumentado considerablemente el arribo de turistas desde países europeos.

Villa La Angostura, Neuquén

En la actualidad, el turismo cobra importancia en todas las provincias del país. Sin embargo, algunos destinos turísticos son recientes, otros llevan décadas recibiendo a turistas y cada uno brinda diferentes opciones.

La costa atlántica bonaerense

Desde fines del siglo XIX hasta la actualidad, la cantidad de turistas que se desplazan a Mar del Plata ha ido creciendo en busca de una de las modalidades más populares: el turismo de sol y playa. Villa Gesell, San Bernardo, Pinamar, entre otras localidades, se erigieron como los nuevos balnearios de la costa durante el siglo XX. La cercanía al área metropolitana de Buenos Aires de todas estas localidades asegura un flujo importante de turistas, especialmente durante los meses de verano.

Las sierras

Las Sierras Pampeanas constituyen uno de los principales destinos del turismo argentino. Los lugares más visitados son el Valle de Punilla y el Valle de Calamuchita en la provincia de Córdoba. Los embalses, que permiten la práctica de deportes acuáticos, y los balnearios constituyen los principales atractivos de la zona a los que se suman las construcciones históricas y la posibilidad de realizar deportes no convencionales como la escalada. Merlo (San Luis) y Tandil (Buenos Aires) también constituyen importantes centros turísticos en ambientes serranos.

El sur del país

El sur del país se ha constituido en una de las principales áreas turísticas en la actualidad. Si bien la presencia de turistas se remonta a la época de la creación del Parque Nacional del Sur (hoy Nahuel Huapi) en 1903 y de la ciudad de Bariloche, en la provincia de Río Negro, en 1902, el mayor número de turistas se consolidó en las últimas décadas; en la actualidad, un paseo obligado para los visitantes extranjeros. Entre los destinos del sur, el atractivo principal lo constituye el Glacial Perito Moreno, en la provincia de Santa Cruz; del mismo modo, la mencionada Bariloche, que aporta tanto pistas de esquí en invierno como paisajes extraordinarios y deportes de montaña en el verano. También son frecuentadas las estancias de la zona -donde se practican caza y pesca deportivas, particularmente preparada para el turista extranjero, en paraísos naturales- y la costa atlántica, especialmente la península Valdés -donde se pueden avistar ballenas-.

El noroeste

En la actualidad, los principales destinos del noroeste son los Valles Calchaquíes (Salta), Tafí del Valle (Tucumán) y la Quebrada de Humahuaca (Jujuy). Las características más valorizadas por el turismo en esta zona del país son los paisajes, la arquitectura colonial y las manifestaciones de las culturas aborígenes. El turismo extranjero "joven" (conocido como "mochileros") es actualmente un asiduo visitante de estos parajes, los que hoy cuentan con numerosas hosterías para este tipo de visitante.

El oeste cordillerano

Esta zona alberga varios destinos turísticos, entre los que se encuentran algunos muy valorizados por sus paisajes, como el cañón del río Talampaya (La Rioja), el Valle de la Luna (San Juan) y el monte Aconcagua (Mendoza).

En las cercanías de la ciudad de Mendoza, la presencia de establecimientos bodegueros ha dado lugar al turismo enológico en un circuito turístico conocido como la "ruta del vino". En toda el área tienen lugar los deportes de alta montaña y el turismo aventura (especialmente al sur de la provincia de Mendoza). Aquí también se puede practicar el esquí durante el invierno.

El nordeste

A lo largo de las riberas de los ríos Paraná y Uruguay se desarrollan actividades turísticas y recreativas en numerosos balnearios, a las que se suma la práctica de la pesca deportiva. Sin embargo, el destino principal de esta área lo constituye el Parque Nacional Iguazú, y en particular, las Cataratas que forma el río homónimo. Este destino suele ser visitado junto a las vestigios jesuíticos en la provincia de Misiones. Los esteros del Iberá, por otro lado, se constituyeron en un destino donde se practica principalmente el avistaje de fauna vinculada a este ecosistema acuático.

Buenos Aires y sus alrededores

La Ciudad de Buenos Aires ha sido un destino clásico para los turistas provenientes de distintas localidades del interior del país y, crecientemente, una parada obligada para los turistas provenientes del exterior que llegan al país por vía aérea.

Las actividades culturales que tienen lugar en la ciudad, los museos y monumentos históricos, así como las características arquitectónicas de sus edificaciones, son los principales atractivos de este centro urbano. Los barrios más visitados son La Boca, San Telmo, Recoleta, Palermo y Puerto Madero.

Otros puntos de interés cercanos a Buenos Aires, como las localidades de Tigre, San Antonio de Areco y algunas estancias donde se practica el turismo rural, atraen también las visitas de los turistas que llegan a la ciudad.

Turismo en áreas bajo protección

La protección de ciertas áreas, por ejemplo, la que se establece al crear un parque nacional, suele estar acompañada de su valorización turística. Así, las áreas de la Argentina que se encuentran bajo alguna forma de protección son importantes destinos turísticos, tanto para el turismo nacional como para el internacional (según estimaciones, el 50% de los turistas extranjeros visita algún parque nacional durante su estadía en el país).

En el caso de los parques nacionales, las actividades que pueden realizar los visitantes están restringidas; sin embargo, dentro de las opciones admitidas, los turistas suelen disfrutar prácticas del turismo al aire libre como camping, caminatas, cabalgatas, avistaje de fauna o paseos guiados por personas autorizadas.