CONTRASTES SOCIALES ENTRE LOS PAISES DESARROLLADOS Y SUBDESARROLLADOS
Contrastes sociales
Los contrastes sociales entre el mundo desarrollado y el menos desarrollado quedan patentes en la diferente dinámica demográfica y, sobre todo, en el acceso a los servicios básicos de los más desfavorecidos .
Diferente dinámica demográfica
El porcentaje de personas con más de 65 años de edad es cada vez mayor. A mediados del siglo XX, no llegaba al 4 %; hoy en día, supone el 8 % de la població...
En el siglo xx la población mundial experimentó un crecimiento espectacular, de casi 4.500 millones de personas. Los países desarrollados vivieron esa explosión demográfica hace décadas, mientras que en los países más atrasados todavía se está produciendo en la actualidad. En consecuencia, la inmensa mayoría de las próximas 3.000 millones de personas que nazcan verán la luz en los países en desarrollo.
Hasta mediados del siglo xxi, se prevé una desaceleración en el aumento demográfico mundial. Serán principalmente los países del África subsahariana los que mantendrán su crecimiento y duplicarán sus poblaciones, a pesar de la alta mortalidad causada por las guerras, el hambre y las enfermedades. Se prevé que para 2050 el continente duplique su población a casi 2.000 millones.
El paso de varias décadas desde que se produjo la explosión demográfica en los países desarrollados ha ocasionado un envejecimiento progresivo de su población. A medio plazo, se prevé que la proporción de ancianos también aumente en los países más pobres.
En general, los países en desarrollo o menos desarrollados son todavía naciones jóvenes. Se considera que un país es joven cuando hay tres personas que no llegan a los 20 años por cada dos que pasan de los 60. Así, por ejemplo, en África el 41 % de la población tiene menos de 15 años, el 56 % son adultos y solo el 3 % tiene más de 65 años.
Entre las causas que explican la existencia de esta población joven destacan:
- Los matrimonios tempranos. Según las Naciones Unidas, cuanto más pobres son las mujeres, más jóvenes contraen matrimonio y comienzan a procrear, a menudo entre los 15 y los 19 años de edad.
- La falta de instrucción. Al no acceder a la educación no conocen los métodos de planificación familiar y las mujeres mantienen unas tasas de fecundidad altas.
- La necesidad de mano de obra para trabajar en el campo hace que muchas familias necesiten hijos para ayudar a los padres en la agricultura.
Desnutrición crónica
En la alimentación se producen los contrastes más dramáticos entre el mundo desarrollado y el menos desarrollado. Mientras numerosas personas de los países más ricos están sobrealimentadas y hacen regímenes de adelgazamiento porque la obesidad comienza a ser un problema, más de 1.000 millones de personas padecen hambre en el mundo en 2009, según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura). En 2010 había 31 países que dependían de la ayuda humanitaria, de los cuales 20 estaban en África.
La mayoría de las personas que sufren desnutrición habitan en las áreas rurales de los países menos desarrollados. Se trata de una población que no posee tierras para cultivar, ni el dinero para comprar los alimentos suficientes. A menudo, estas personas viven en países ricos en recursos, pero los alimentos que producen se dedican a la exportación en lugar de a satisfacer las necesidades de sus poblaciones. Como la mayoría de los campesinos tampoco poseen tierras, apenas pueden cultivar productos de autoconsumo que les permitan alimentarse suficientemente.
Igualmente se debe tener en cuenta que los precios de los alimentos subieron un 80 % entre 2007 y 2008.
Problemas sanitarios y enfermedades epidémicas
Desde el inicio de la epidemia, 25 millones de personas han muerto a causa del SIDA y casi 60 millones se han infectado.
Las enfermedades epidémicas y las pandemias son otro de los graves problemas que afectan especialmente a los países más pobres. Millones de personas mueren cada año por enfermedades que se pueden prevenir, reducir o curar, como diarreas, paludismo o tuberculosis. Los afectados se encuentran fundamentalmente en los países en desarrollo: no han recibido una educación básica en materia de salud e higiene y no tienen recursos económicos, por lo que sufren una deficiente alimentación y carecen de agua potable, atención médica y acceso a los medicamentos. Los más sensibles a las enfermedades suelen ser los niños.
La falta de servicios sanitarios también repercute negativamente en la salud de la población. India tiene el sistema de salud más privatizado del mundo: el gasto en salud pública es del 0,9 % (la OMS recomienda el 5 %); más de 600.000 niños mueren de diarrea al año.
La ausencia de asistencia médica a las parturientas en los países más pobres tiene como resultado que una mujer africana de cada 26 muera por complicaciones en el embarazo o el parto, mientras que en los países desarrollados la media es de una por cada 7.300 mujeres.
Difícill acceso al agua potable
Cada vez que se descarga el sanitario, se gasta más agua de la que utiliza una persona al día en los países pobres. Mientras algunos hogares de los países d...
El agua dulce disponible no se encuentra equitativamente distribuida en el mundo. Por ejemplo, Asia alberga más de la mitad de la población mundial, pero cuenta solo con el 36 % de los recursos hídricos. A esto hay que añadir que, mientras que en el mundo desarrollado el acceso al agua potable está garantizado a la práctica totalidad de la población, en los países más atrasados hay grandes deficiencias en el suministro. El acceso medio mundial era del 86 % en 2010. En Afganistán apenas el 2 % de la población tiene acceso al agua potable y en Etiopía el 42 %, mientras que en Dinamarca la cifra alcanza el 100 %. En 2025, más de 2.800 millones de personas vivirán en países con problemas de escasez de agua, sobre todo en Oriente Medio y África. El número aumentará a unos 4.000 millones en 2050.
La contaminación es uno de los grandes problemas para acceder al agua potable, ya que pocos países (tanto industrializados como en desarrollo) se han ocupado de proteger la calidad del agua. Los más afectados por esta situación siguen siendo los pobres, ya que el 50 % de la población de los países en desarrollo está expuesta al peligro que representan las fuentes de agua contaminadas .
Diferencias por sexo
Las desigualdades por sexo, es decir, entre hombres y mujeres, existen tanto en el mundo desarrollado como en el menos desarrollado. Sin embargo, no se manifiestan de la misma forma. Es en el mundo menos desarrollado donde llegan a tener unas consecuencias más dramáticas.
En los países desarrollados las mujeres han alcanzado la igualdad legal, aunque perviva una clara discriminación. En la vida laboral, debido a las diferentes oportunidades de empleo y de promoción profesional, el peor acceso a puestos directivos y la remuneración salarial desigual en puestos de trabajo equivalentes; y en la vida cotidiana, porque las mujeres continúan realizando la mayoría de las tareas domésticas, aunque trabajen fuera del hogar el mismo número de horas que su pareja, y encargándose del cuidado de los hijos.
En los países menos desarrollados, y en particular en Asia y África, la discriminación de la mujer es clara en todos los campos: en la atención médica, en la educación, en la alimentación, etc. En los casos extremos, la mujer se ve privada de derechos jurídicos y no se respetan sus derechos básicos como persona. En muchos casos, no puede acceder al control de las tierras o de otros recursos, es excluida de toda actividad social y política, no puede expresar sus ideas y ni siquiera es dueña de su cuerpo. Las mujeres desempeñan los peores trabajos, en condiciones precarias y normalmente relacionados con la economía sumergida.
A menudo, las mujeres están sometidas a la voluntad del padre hasta que pasan a depender de la del marido, normalmente impuesto por la familia. Cada año se compran y venden millones de niñas y mujeres en todo el mundo, que son obligadas a convertirse en esclavas, prostitutas o esposas.
Deficiencias en la alfabetización
Uno de los indicadores sociales más importantes para medir el desarrollo de un país es el grado de alfabetización de su población, es decir, el porcentaje de habitantes que sabe leer y escribir.
Aunque se supone que en el mundo desarrollado la tasa de alfabetización se sitúa cerca del 100%, la realidad es que entre un 8% y un 20% de la población de estos países tiene problemas para comprender textos cotidianos, como artículos periodísticos o las instrucciones de funcionamiento de un electrodoméstico. Este porcentaje se ve superado en países como Estados Unidos y Reino Unido.
En los países subdesarrollados, los índices de alfabetización de adultos han mejorado notablemente desde los años ochenta, aunque en el África subsahariana, Asia meridional y los Estados árabes, a pesar de su progreso, siguen manteniendo unas tasas en torno al 60 %. En estos países también persiste una gran diferencia entre el nivel de alfabetización de los hombres y las mujeres, que es menor .